jueves, 14 de enero de 2016

EQUIVOCACION O MILAGRO



¡Salve Divina Pastora!


 Historia y leyenda conviven en un hermoso relato cuyo origen se sitúa hacia el año 1740, cuando el vicario de la Inmaculada Concepción de Barquisimeto quiso para su iglesia una imagen de la Divina Pastora. Coincidió el entusiasmo del párroco con el del cura del pueblo de Santa Rosa del Cerrito, en ese momento Sebastián Bernal, quién encargo al mismo escultor una pieza pero de la Inmaculada.

Equivocación o milagro, lo cierto es que al abrir el cajón con la imagen encargada, consiguió el padre Bernal a la Divina Pastora y no a la Inmaculada solicitada. Al darse cuenta del error, mandó a cerrar la caja y enviarla a Barquisimeto.

Entonces ocurrió un hecho inusitado: ni la fuerza de mil hombres pudo mover el cajón. La noticia corrió de boca en boca y de otra cosa no se podía hablar.

El hermano nectario María cuenta que el padre Bernal comunicó el hecho al Vicario quien afirmó estar convencido de la voluntad de la Virgen de permanecer en la iglesia de Santa Rosa.

En el año de 1812 se dio en Barquisimeto un terremoto que también sacudió a la cercana población de Santa Rosa, el cual derribó la iglesia, sin embargo no pudo hacer lo mismo con las paredes y el techo que protegían la imagen de la Divina Pastora; se improvisó una capilla y en ella estuvo hasta 1850 cuando el padre Macario Yépez la trasladó a otra capilla provisional levantada sobre las ruinas de la iglesia de Santa Rosa, reconstruida finalmente el 30 de agosto en 1864 cuando se colocó en ella la Virgen. 

Implorando su infinita misericordia el  padre Macario Yépez, quien estaba afectado por la epidemia, pidió a la Divina Pastora ser la última persona en morir de la enfermedad, petición que fue concedida. 

 A partir de ese día cesó el cólera, por lo que en recuerdo a ese hecho cada 14 de enero se traslada en una multitudinaria y fervorosa procesión a la Divina Pastora, desde su iglesia en Santa Rosa hasta Barquisimeto.


  El presbítero José María Raldíriz instituyó la costumbre de traer todos los 14 de enero la Divina Pastora a Barquisimeto. La primera vez en 1856, como homenaje de gratitud por su protección contra la epidemia de cólera ocurrida el año anterior, pero luego se convirtió en devoción de la feligresía barquisimetana, que se mantiene hasta la fecha. Así debió continuarse la tradición, pues fue como nació.

El 14 de enero de 1906, en ocasión del cincuentenario de la visita, la Virgen recibió un hermoso regalo: su Himno. Con música de Simón Wohsiedler y letra del poeta Andrés Delgado nació un homenaje poético y musical que no falta en la cita de su viaje ni de su retorno.

El centenario de la procesión (1956) fue el año escogido para realizar la Coronación Canónica de la Virgen, en ese momento era el obispo de la Diócesis monseñor Críspulo Benítez Fontúrvel.

 Silvia Riera
Pasante deComunicaciónSocial

Sección 1506
Aldea Zarina de Asuaje




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